domingo, 24 de noviembre de 2013

Los pecados de los padres recaen en mi futuro.

Muchas veces se piensa que una madre soltera tiene todo el apoyo del mundo, y otras tantas se cree que el padre deja a un lado a la madre. Pero no es tan frecuente escuchar comentarios sobre los hijos de estos padres.

En México según un estudio impulsado por la cámara de diputados se revelo que de las 55 millones de madres de familia 5 millones son madres solteras. Muchas de estas madres solteras se declaran viudas o divorciadas y a cargo de sus hijos.

De igual manera la violencia familiar es un problema grande, la Inegi dice:

 “La violencia familiar se reconoce hoy como un problema de salud pública, de derechos humanos, de justicia social y como un delito; además se acepta que se trata de un problema de gran magnitud que incluye la violencia psicológica, física, sexual y económica. “

¿Qué tiene de diferente un niño criado por una mama y papa a la vez que uno que tiene a sus 2 papas? ¿Cuál es el efecto en un niño que ve a sus padres discutir?
Según la Maestra Silvia Jazmín Gonzales Hernández licenciada en Puericultura y directora de una Estancia infantil afirma que el desarrollo de un niño bajo estas condiciones depende de cómo lo maneje la mamá.

Silvia afirma que la educación y el desarrollo de los niños se ven afectado si las madres llevan ciertas conductas.  Independientemente de que el padre este o no el daño a los niños se puede crear por el hecho de mentir.

“es normal que la mamá diga que el papá ya se fue a trabajar, o que le diga que un día va a regresar y esto genera confusión en el niño. Lo mejor es decir la verdad aun cuando parezca que el niño no lo entiende” dice Silvia

Otro tema que influye en los niños son los padres conflictivos. Aquellos que tienen discusiones y agresiones frente a ellos pero que ignoran su presencia, posiblemente por falta de consideración y de conciencia pero esto traen consecuencias que llevan a los niños a pensar cosas inimaginables.

Según Silvia el niño integra todas las actitudes que los padres realizan. “en mi Estancia nosotros sabemos de qué tipo de familia vienen porque tenemos un espacio con una mesita, una sillita y cosas en pequeño para ellos. Según ellos actúen con sus cosas ya sea que las traten bien o que imiten agresiones” dijo Silvia.

Entender como criar a los hijos no es fácil pues no existe un manual de cómo desarrollar a tus hijos y algo semejante le paso a Laura y Ana, dos personas muy distintas quienes dejan ver el lado de una madre soltera y una hija de padres conflictivos.
Laura es madre de sus 2 hijos y Ana ha crecido en una familia muy poco convencional donde su mama y su papa ni siquiera se dirigen la palabra. Ellas comparten su historia porque parece increíble hasta qué punto te pueden llevar estas 2 situaciones distintas.

Laura a sus 21 años estuvo casada y tuvo a sus 2 hijos, pero al poco tiempo se divorció de su esposo de quien no sabe más ahora. Su vida comenzó a girar completamente ante sus hijos y transformo su rutina para poder ofrecerles lo que ella cree mejor.
Ella paso de tener un hogar propio a vivir con sus padres y hermanos pero llevándose a sus 2 hijos.  De manera casi instantánea tuvo que acoplarse y hacer los 2 roles de papá y mamá.

Las complicaciones que tuvo al comienzo fueron las más básicas como el trabajar para mantener a sus hijos pero lo más difícil fue tratar con  su hija mayor quien quedo impactada con esta separación.

Su hija quien al menos vivió 2 años con su padre y paso de ser una niña alegre a ser introvertida.  Laura dice que antes de la separación su hija no tenía problemas para relacionarse con la gente pero que después de la separación comenzó tener miedos, dejo de convivir con la gente y temía un poco a las nuevas amistades o personas que ella conocía.

Laura piensa que su hija tiene miedo a la gente mayor posiblemente por la separación de ella y su expareja.  No así con su hijo pues su hijo no conoció bien  a su papa, su hijo tiene aun 1 año y por tanto no había relación entre ellos.

La opinión de Silvia sobre la hija de Laura es que posiblemente el miedo a los mayores sea por algún trato o alguna acción violenta contra su madre. Ella dice que debe ponerse atención a estos casos y que si se prolongan por meses es mejor consultar ayuda profesional.
Laura como mamá se enfrentó a estas dificultades luego de su divorcio pero Ana tuvo una historia distinta.

Cuando Ana aun no rebasaba los 10 años vio que su familia sufrió un cambio, más precisamente su padre y su madre.
Su familia era complicada pues su papa tenia peleas con su mama en las que llegaban desde insultos a empujones.

Luego de muchas peleas, Ana llego a considerarlas normales pero pronto descubrió que  su padre le era infiel a su mama y Ana llego a verlo de muy cerca.
No tardo mucho tiempo para que a su temprana edad Ana supiera que su papa era la parte mala de la familia y  más tras haber visto empujones, gritos y algunos golpes  ella sabía que su padre era quien tenía un problema.

A pesar de esto su mama todavía esperaba que sus hijos crecieran con respeto a él, porque él es su padre. Tal vez Ana era aún muy pequeña pero al crecer comprendió a lo que su madre se refería.

Laura trato de recuperar un poco de su vida y por eso entro a estudiar una carrera, su ocupación era estudiar por las mañanas y trabajar por las tardes dejándole poco tiempo para tratar  a sus hijos.

Muchas personas incluyendo a su madre comenzaron a comentar sobre sus decisiones. Principalmente la gente criticó que Laura no pasaba tiempo con sus hijos por estar trabajando y estudiando al mismo tiempo y estos comentarios hacían sentir mal a Laura.
La mama de Laura incluso le decía que no era una buena madre pues ella descuidaba a sus hijos, esto provoco que Laura pensara bien en la rutina que mantenía y si valía la pena estudiar y trabajar para poder mantenerlos.

La situación iba empeorando pues si hija tenía dificultades para acercarse a las personas adultas y su timidez se estaba volviendo un problema serio. Cada vez que alguien llegaba a su casa la hija de Laura se escondía, no quería ver a nadie y Laura notaba que su hija estaba algo distante.

Las cosas estaban empeorando y parecía que Laura debía abandonar sus estudios para tratar  a sus hijos pues su exesposo estaba lejos de ella y no contaba con su ayuda.
Por otro lado al pasar el tiempo las cosas empeoraron en la casa de Ana hasta el punto en que su familia estaba completamente dispersa. Cada quien hacia lo que quería y los comentarios de la gente criticaban a su madre. Comentarios que cuestionaban por qué su madre seguía con su padre si él le era infiel.

Ana tenía una buena relación con su padre a pesar de saber lo que él hacía a su madre, no así sus hermanos quienes ni siquiera lo llamaban papá.

Su padre a veces tenía que trabajar lejos y podría durar meses sin verlo pero cuando el regresaba pasaban tiempo juntos. Solos él y ella, a su madre no le parecía mal y ni siquiera comentaba al respecto.

Ana creció pero no como cualquier niña, cansada de los problemas de su casa a  los 11 años tomo un vidrio y corto su mano. Dejo una herida en su mano y se dio cuenta que le hacía sentir bien sentir ese dolor.

Ana comenzó a estar enojada por cualquier motivo y no existía una razón para que ella estuviera de buen humor. Seguía haciéndose daño solo por este sentimiento de enojo y de ira el cual no sabía de dónde provenía.

Muy en el interior Ana pensaba en hacerse daño para que los demás sintieran culpa pero este daño solo tenía un límite, y a su corta edad de 13 años se le ocurrió probar con el suicidio.
Ana intento varias veces suicidarse y ni siquiera tenía 15 años. Según Silvia esta podría ser la manera en que ella trataba de recuperar a su familia, trataba de ganar atención para no sentirse mal.

Hasta cierto punto Laura como madre dio todo por sus hijos, sacrifico salidas con amigos, fiestas y alguno que otro lujo o gusto que quería y para ella no había problema pero sus hijos estaban creciendo con sus padres, Laura se preguntaba ¿Qué tal si sus hijos la llamaran Laura en lugar de mama y que llamaran a sus abuelos papás?

Silvia dice que los roles de padre y madre nunca se perderán si los padres de familia enseñan a sus hijos con la verdad. Esto se logra hablando con los hijos y diciéndoles de manera amigable quien es mamá y quien es abuela.  De esta manera no existe ningún impedimento para que los padres dejen a sus hijos al cuidado de sus abuelos.

La pregunta hacia reflexionar a Laura pues su hija estaba algo deprimida. El solo nombre de su padre le hacía intentar ocultarse porque tenía miedo. Laura dijo “creo que el que le hablaran de su padre le hacía daño”

 Su madre seguía haciéndole comentarios hirientes, no sentía mucho apoyo en la decisión de estudiar y trabajar. Su madre quería que Laura se quedara con sus hijos en lugar de estudiar, al fin y al cabo ya estaban ellos allí y su carrera necesitaba otros 4 años.
Para fortuna de Laura  las cosas comenzaron a cambiar cuando su hija entro a una guardería, en poco tiempo su hija comenzó a dejar esa depresión y empezó a recuperar su manera de ser alegre. Su hija tenía poco de ir a la guardería pero ahora se relacionaba mejor con los mayores y perdió la timidez.

“en una estancia nosotros enseñamos valores cívico y éticos pero sobre todo enseñamos lo que es el amor. Enseñamos a los niños a dar cariño, a relacionarse, a crear vínculos con quienes están a su alrededor y esto lo comentamos a los padres de familia para que sepan y puedan continuar con esta educación” dice Silvia.

Para Laura fue un alivio que su problema se fuera resolviendo, la guardería estaba ayudándole a su hija y a ella al mismo tiempo pues su relación se fue estrechando y Laura poco a poco se dio cuenta que estaba siendo responsable con sus hijos.

De buenas a primeras Laura estaba tranquila, tenía un buen trabajo y siguió adelante en su carrera. Sus hijos están tranquilos, sus abuelos les educan de la misma manera que lo hace Laura y además ahora la apoyan En sus decisiones.

Podría parecer un final de cuento de hadas pero es solo el comienzo para ella, aún le queda una vida que recorrer con ellos pero en estos momentos Laura asegura tener calma total y paz.
 Laura dijo lo siguiente:

“a veces se siente feo no salir a fiestas porque tienes a tus hijos, pero pasa que te diviertes más con ellos, jugando , abrazándolos y en un momento entiendes que lo mejor es quedarte con ellos ,no por obligación pero si porque con ellos te la pasas mucho mejor.”  

Laura ahora está completamente tranquila y tras haberse enfrentado a un punto donde todo estaba desecho logro salir adelante.

Ana ya había intentado suicidarse, tenía problemas con el alimento pues dejaba de comer. Su casa no tenía orden y ella era la única que hacia contacto con su madre y su padre.  Fueron las malas acciones de ambos lo que la orillaron a tomar pastillas con las cuales se perdía en su inconsciente y sus desmayos por horas.

“los niños aprenden lo que está bien y lo que está mal desde los tres años, entonces toda acción que los padres hagan el niño la va a asimilar pero él y sabrá si está bien o está mal. Todo depende de cómo eduquen a los niños los padres” comenta Silvia

 Ana dijo  “lo único que quería era no estar, a veces tomaba las pastillas y me hacía sentir bien que no sabría lo que pasaría en las siguientes horas. Una vez me desperté en una banca en una plaza sin saber cómo llegue”.

Su madre la acerco a un psicólogo y este fue el comienzo de una solución al problema.
Ana no tenía la culpa, según el psicólogo la culpa era de su madre por dejarle ver todos los pleitos. Ana quería suicidarse porque así todos los demás sentirían culpa y más aún su madre y su padre quienes eran los responsables de su actitud.
No comer no era la enfermedad de la anorexia, era una manera lenta pero segura de morir, era una manera de hacerse notar ante sus padres, era poner un problema muy grande para que sus padres ya no tuvieran los suyos.

“no es tanto el psicólogo, ni aunque vayas con el mejor, podrás ir un año, seis meses, o dos veces a la semana y él puede ser el mejor, puede decirte las mejores cosas, puede tener las mejores técnicas o haber estudiado en donde sea. Pero si tu no quieres o tú no tienes la disposición ni el anhelo, no va a servir de nada”.

Tuvieron que pasar varios años, hasta que Ana cumplió 19 para que ella decidiera cambiar. Sus padres no tienen ningún contacto pero aún viven en la misma casa. Su madre y su padre dejaron de pelear  y esto calmo a Ana.
Ella decidió que si sus padres estaban o no juntos era su problema, pero si los quiere a ambos.

Ana habla con su padre, platica con el sobre su escuela. Su relación se ha fortalecido porque él está apoyando a Ana en su carrera de Medicina. Su madre la apoya de igual manera y busca separarse de su esposo.
Ana cree que la ayuda psicológica, la disposición de sus padres para sobrellevar sus diferencias y que ella misma quiso cambiar son las razones  por las que supero ese trauma de querer morir.

Hoy a sus 19 años de edad sabe que ha cambiado y tiene muchas ganas de seguir viviendo.
Los padres tienen el papel más importante en la vida de las personas y estos deben aprender que cuando tiene hijos como Laura las cosas pueden tornarse muy duras y en ciertos puntos parecerá no haber solución, pero  si los padres se dan por vencidos o descuidan su relación con sus hijos pueden acabar generando estos problemas que Ana padeció.

Las acciones de los padres de Ana llegaron poco después de cuando debieron, Ana ya tiene un daño que se quedara en recuerdos de una mala época. En estos momentos Ana está en mejor forma y con muchas ganas de seguir adelante.

Criar un hijo no es una tarea sencilla y como todas las cosas puede tener complicaciones. Pero la ayuda profesional y la perseverancia de uno mismo resulta ser una muy buen arma contra la adversidad.

Laura y Ana decidieron seguir adelante pero habrá quien se rinda ante estos problemas. El apoyo moral a personas con estos problemas puede ayudar a las personas a no darse por vencidas. 

 Los padres no deberían de darse por vencidos porque como dice el dicho “de tal palo, tal astilla”.